Con orígenes que se remontan a la década de 1950, la historia de la Dirección de Servicios es la historia de la Universidad Austral de Chile.
Funcionarios de Dirección de Servicios cumplen 40 y 25 años en la institución
Berta Medina Sandoval, Secretaria de Dirección
“Las unidades operativas han estado presentes en la Universidad desde sus inicios, son las que hacen posible el funcionamiento de los campus en todos los aspectos. Por eso cada aniversario es una oportunidad para reconocer el trabajo que día a día hacen nuestros equipos y que no siempre se valora”, dijo Pablo Ojeda, Director de Servicios.
Cuando se cumplen 68 años de la UACh la Dirección de Servicios agradece el trabajo de todos sus funcionarios y funcionarias, en especial de aquellos que en esta ocasión cumplen 40 años de servicios: Berta Medina Sandoval, Secretaria de Dirección; Enrique Jiménez Quelín, Jefe del Departamento de Seguridad y Vigilancia; Miguel Montiel Inostroza, Departamento de Seguridad y Vigilancia; Robinson Azócar Zapata, Unidad de Calderas y Chimeneas y Germán Chaura Bastidas, Jardines.
También se reconoce y valora el compromiso y entrega de los funcionarios que han dedicado 25 años de sus vidas a esta institución: Nelson Barrientos Oyarzo y Jorge Campos Cano, funcionarios de Casino Central y Juan Curimilla Ramos, Central de Correos.
Berta Medina llegó con 20 años y uno de los recuerdos que atesora de esa época son los almuerzos que compartía junto a sus colegas en el Jardín Botánico. “En Mantención, donde yo llegué, estábamos al final. Lo que era el estacionamiento del CTL era la Unidad de Mantención. Al frente había un garage donde estaban Madrid y Ferman, que era un mecánico. En la Unidad de Mantención había talleres. Tenía un Jefe de Departamento, don Raúl Molina Cárdenas, un Jefe de Electricidad don Carlos Argel Vergara, había una Unidad de Telefonía a cargo de don Hugo Reus Sepúlveda. Habían gásfiter, albañiles y carpinteros. Don Juan de Dios Vásquez, QEPD, que hacía lo del cloro residual arriba en El Molino. Estaba a cargo de toda el agua potable. No recuerdo el número exacto de personas que trabajaban en los talleres de Mantención, pero bordeaba las 50 a 60 personas. Entre el 92 y 93 los servicios se empezaron a externalizar los servicios bajo la dirección de don Mario Muñoz Sapunar, QEPD. La Dirección de Servicios estaba físicamente en la salida hacia la SAVAL”, recordó.
En ese tiempo también ingresó a trabajar como guardia de seguridad Enrique Jiménez. “Don Mario Muñoz siendo Director de los Servicios me dio la posibilidad de ir haciendo carrera dentro de la Dirección. Me promovió al cargo de Jefe de turno y después tuve la oportunidad de trabajar en la administración del departamento de seguridad y finalmente me promovió al cargo que hoy desempeño. Un hito en la Universidad, porque por primera vez en la historia de la Corporación un guardia llegaba al cargo de Jefe de Departamento. Ese cargo siempre lo habían ocupado personas externas a la Universidad que habían estado ligados a las Fuerzas Armadas o Carabineros de Chile”, señaló.
Si de disciplina se trataba quien imponía mano dura era Kathy Taylor, encargada de las áreas verdes en la naciente Universidad y que muchos la recuerdan por el celo con que protegía el césped y las plantas. “En el 82, 83 llegó un académico y entró con su auto al prado. Estaba la señora Kathy Taylor, que era la señora a cargo de jardines y ella lo agarró a bastonazos y le echó unas piedras arriba del auto”, recuerda Germán Chaura. Como buen observador del entorno comenta que antes había más áreas verdes. “Los edificios están abarcando más. Estamos quedando menos gente, porque todos se están jubilando y va llegando gente nueva. Entonces uno le va enseñando a la gente joven”.
Por las funciones que deben cumplir los guardias siempre han estado en primera línea. En la entrada de los campus y de los edificios está la expresión amable de un (a) guardia y su trato cordial. “La vestimenta nuestra no era de uniformes como el resto de los guardias. Teníamos vestimenta especial, acorde a una Universidad. Usábamos un ambo, un pantalón y una chaqueta. El primero fue café con un chaquetón de lanilla que nos veíamos espectaculares. Después nos cambiamos a un color oscuro, pero también era ambo de un color plomito. Cuando vino el Rey (Rey Juan Carlos de España) color beige. Nooo… si ahí tirábamos pura pinta nomás…Siempre dijimos eso: nosotros no somos guardias de almacenes ni supermercado. Somos de una Universidad, por lo tanto, nuestro ‘hablamiento’ tiene que ser mejor que los guardias, más de relacionadores públicos. A eso apuntó siempre nuestro lema, de no ser el típico guardia intransigente, sino una persona que ayude al estudiante sobre todo, a la comunidad universitaria y a las visitas”, dijo Miguel Montiel.
De la misma época es Robinson Azócar quien empezó a trabajar el 82 en Calderas. Recordó, “yo llegué cuando estaban las Fuerzas Armadas. Conocí al Rector Palacios, al Rector Ferrer y a mi jefe, don Carlos Mezano que era el Director de Servicios”. Siempre en calderas, trabajó en mantención de hogares y pensionados, hasta llegar a donde están las casas de la Universidad en Vista Alegre. En esas funciones estuvo en Casa Central y Miraflores hasta aterrizar como auxiliar en la Escuela de Arquitectura. “La Universidad le abre muchas puertas a uno, porque gracias a ella tengo una empresa particular chiquitita de limpieza de calderas y conozco a la mayoría de los funcionarios de la Universidad, sino pregunte por Tiraleche” dice riendo.
Para muchos estudiantes el Casino siempre ha sido un espacio acogedor no sólo por mantenerse limpio, con buena calefacción y comida. “Yo llegaba temprano como siempre y a las siete y media abría todas las puertas y hacía el aseo, porque todavía no entraban los chicos. Después cuando tenía todo listo llegaban, se abrazaban a su mochila y se ponían a dormir. A secar su parka, su ropa en el tiempo de invierno hasta que llegaba el momento de ir a clases. Una vez incluso había uno durmiendo en el suelo. Lo fui a despertar porque pensé que le había pasado algo … – No tío, si estoy durmiendo, tengo clases a las 10, recuerda Jorge Campos.
Eran tiempos en que los lácteos estaban muy presentes en la dieta de los estudiantes. “El CTL producía queso, cola de mono, quesillo y helado. Yo me acuerdo, porque ibamos a buscar cosas para el Casino, para los alumnos. En la línea de servicio se colocaba mitad leche, mitad jugo”, recuerda Nelson Barrientos. “En ese tiempo yo iba a buscar 120 litros de leche y helados de pasas al ron, ese era el postre y teníamos que dar leche todos los días”, acota Campito.
A ello se suma la calidez que tiene el personal para atender a los jóvenes. “Un día llegaron 3 alumnas y andaban con una bolsita. Tío, es que la carrera de nosotros está de aniversario y elegimos a nuestros 10 tíos favoritos y lo elegimos a usted. ¿Y por qué a mí? Porque cada vez que nosotros venimos lo vemos para allá, para acá y nos cae super bien. Y me regalaron una manzana. Reciba la manzana, porque es nuestro tío favorito”, recordó “el chico Nelson”.
A sus 63 años se mantiene muy saludable no en vano se ha trasladado a diario a su trabajo en bicicleta. “Toda la vida he andado en bicicleta. El ciclista debe manejar siempre a la defensiva, los autos abren las puertas y a veces no se sabe para donde van a doblar, es muy peligroso, porque uno no sabe qué va hacer el conductor”, advirtió.
Juan Curimilla entró a trabajar a la Unidad de Jardines un 7 de abril de 1997, posteriormente se trasladó a la Central de Correos hace 14 años. En relación a este cambio manifestó, “el cambio fue muy bueno para mí, sobre todo por las inclemencias del tiempo ya que en Correos estoy bajo techo”. En esta unidad es chofer y estafeta cumpliendo estas labores 2 veces al día antes de la pandemia; ahora sólo una vez. Con ese objetivo recorre el Campus Miraflores y otras unidades como Hospital, Escuela de Música y Centro de Educación Continua entre otros.