Frenar el consumo desmedido, proteger los sistemas de producción de cultivos anuales, practicar la agroecología y sustentabilizar la academia, son algunas propuestas.
Profesionales y académicos de la UACh invitan a adoptar prácticas más sustentables
En estos días cuando la incertidumbre acecha y el tiempo parece correr distinto, la crisis sanitaria pone en tela de juicio la forma cómo los seres humanos se relacionan con la naturaleza, evidenciando que no siempre advierten el estrecho vínculo que tienen con los ecosistemas y otros seres vivos.
Una relación que está presente cada día, en cada instante y hoy 22 de abril, Día Mundial de la Madre Tierra, profesionales de la UACh invitan a adoptar nuevas prácticas y cambiar estilos de vida para avanzar hacia una economía más sustentable. La primera reflexión surge de la similitud que tiene la pandemia del COVID 19 con la gran crisis ambiental del planeta: nos afecta a todos sin exclusión, y como siempre, con mayor impacto a quienes no tienen recursos económicos suficientes para acceder a una adecuada alimentación y salud, además de otros bienes básicos.
En eso se parece a los efectos que tiene el cambio climático sobre la vida de los seres humanos y de todas las especies, y desde la misma perspectiva, surge la oportunidad para empezar a cambiar las decisiones que se toman a diario. Al respecto, María Ema Hermosilla, Jefa de la Unidad de Gestión Ambiental propone frenar el consumo irresponsable de bienes y servicios prescindibles. “Debemos ser capaces de procurar que nuestro consumo no sea mayor al que la tierra puede producir, porque todo lo que tomamos adicional, le faltará a alguien”, señala.
Un tema que sin duda es prioritario y que la Dra. Carolina Lizana, del Instituto de Producción y Sanidad Vegetal, Facultad de Ciencias Agrarias y Alimentarias resalta al recordar que los ecosistemas agroalimentarios se están haciendo más frágiles y vulnerables ante los nuevos escenarios de cambio climático, mientras las demandas, por cantidad y calidad de alimentos, son cada vez mayores.
Cultivos anuales y producción local
En esa línea llama a proteger los sistemas de producción de cultivos anuales —como cereales o papas— que son estratégicos en la alimentación local y mundial para abastecer a la población. “Aunque la globalización nos ha permitido hasta ahora el intercambio de alimentos alrededor de todo el mundo, la pandemia también nos ha demostrado que la producción local puede llegar a ser esencial para la seguridad alimentaria de la población de cada territorio y por lo tanto debe ser un foco principal de desarrollo”, enfatiza.
Bien lo sabe Cristóbal Cárdenas, Ingeniero Agrónomo egresado de la UACh y ex dirigente de la Agrupación de Estudiantes Funaltún, quien actualmente trabaja capacitando y asesorando en manejo de residuos orgánicos y agroecología a comunidades rurales de Dalcahue. “Es necesario integrar prácticas agroecológicas en nuestro diario vivir, ya que contribuimos a disminuir el impacto al medio ambiente reduciendo las huellas del agua y carbono”, indicó.
“Todos podemos practicar agroecología, solo varía nuestra escala de producción; separar nuestros residuos en orgánicos/inorgánicos y producir parte de nuestro alimento con nuestro propio abono orgánico (compost/ vermicompost) es el primer paso”, dijo Cárdenas.
Sustentabilidad en la educación superior
Plenamente convencida de la responsabilidad que tienen los profesionales en mejorar el estado actual de las cosas, Mónica Alacid, Secretaria Ejecutiva del Comité de Sustentabilidad, estima que enfocar la educación superior en la sustentabilidad generaría muchos cambios en la dirección correcta.
Al respecto precisó “tendríamos generaciones de profesionales tomando decisiones basadas en la riqueza social y ambiental, también en la económica, pero ya no como prioridad y veríamos al cabo de un par de décadas, avances significativos en el desafío que implica superar esta crisis climática”.
La Universidad Austral de Chile asume estos desafíos desde diversos frentes con iniciativas como el Acuerdo de Producción Limpia Campus Sustentable y el Sistema de Gestión Energética basado en la ISO 50001: 2018, para mejorar el desempeño energético y bajar impactos ambientales.
Mientras que desde la academia, el Dr. Óscar Thiers, Director de la Escuela de Ingeniería en Conservación de Recursos Naturales-Ingeniería Forestal y académico de la Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales, declara “reforzamos nuestro compromiso con la formación de profesionales competentes en equilibrar el uso sostenido, la conservación y la protección de los recursos naturales”.
Y agrega, “nuestra estrecha relación con el ambiente, donde se incluyen diversos ecosistemas terrestres, en particular los boscosos, se ve fortalecida con la participación de una sociedad crecientemente responsable, interesada y activa”.
De igual forma se multiplican los aportes de la Universidad en investigación. Es el caso del Banco de Germoplasma de la UACh, reservorio de papas nativas chilenas que ofrece un espacio para la preservación, el estudio y utilización de este material, a cargo de la Dra. Anita Behn, académica de la Facultad de Ciencias Agrarias y Alimentarias.