Expertos destacaron al sector de generación de la energía como el de mayor incidencia en la emisión de gases efecto invernadero. La Ley de Eficiencia Energética entrega herramientas que contribuirán a lograr las metas que se ha planteado el país, en los compromisos de mitigación del cambio climático.
Para mitigar el cambio climático: Tomar medidas asociadas a la generación de energía eléctrica es crucial en los próximos 9 años
“Al año 2030 las emisiones de gases efecto invernadero (GEI) deben ser menores a 95 millones de toneladas de CO2 en Chile y alcanzar la carbono neutralidad al 2050”, dijo Carlos Benavides, subdirector del Centro de Energía de la Universidad de Chile, al referirse a los compromisos que tiene nuestro país para contribuir a mitigar el cambio climático, durante la charla “Consumo/generación de energía y su relación con el cambio climático”.
El miércoles recién pasado Benavides abrió el evento organizado por el Comité de Energía, instancia que coordina las actividades del Sistema de Gestión Energética en la UACh. Continuó indicando que los 3 principales responsables de las emisiones de GEI son el sector de generación de energía eléctrica, seguido por transporte, y en tercer lugar, la industria manufacturera y de la minería, entre éstas, las asociadas a la producción de cobre, celulosa y acero. Ver charlas aquí
En la siguiente charla “Aspectos generales de la Ley de Eficiencia Energética en Chile”, Juan Pablo Payero, Jefe de Industria y Minería de la Agencia de Sostenibilidad Energética llevó el consumo a porcentaje, indicando que un 78% corresponde a consumo térmico y un 22% a consumo eléctrico. “Un tercio de ese consumo proviene del transporte, otro de 170 empresas y el tercio restante, del sector residencial, público, comercial y el resto del sector industrial”, indicó.
Fue enfático en señalar lo imperativo que es incorporar eficiencia energética tanto en las empresas que actualmente consumen un tercio de la energía que se genera en el país, como en los otros sectores. En esa línea, la Ley 21.305 de Eficiencia Energética, aprobada el 8 de enero del presente año, viene a regular este mercado e impulsar a Chile hacia el desarrollo.
Uno de los aspectos que destacó del marco regulatorio es que deberán establecerse planes nacionales de eficiencia energética con metas concretas, que cada 5 años se tendrán que actualizar. A la vez, establece una meta de reducción de intensidad energética para el país, de al menos 10% al año 2030, respecto del 2019.
El ejecutivo de la Agencia de Sostenibilidad Energética resaltó la gestión energética que deberán implementar los grandes consumidores, como herramienta de competitividad, productividad y sostenibilidad. En este punto felicitó a la UACh por figurar como pionera entre las universidades en la certificación de un Sistema de Gestión Energética (SGE), bajo la ISO 50001:2018.
“Nos adelantamos a la Ley de Eficiencia Energética no sólo porque sabemos que al mejorar el desempeño energético vamos a conseguir un ahorro importante de recursos, sino también porque tenemos un compromiso institucional con la sustentabilidad que impacta en la formación de nuestros estudiantes y en la sociedad; vamos en la dirección correcta”, opinó Pablo Ojeda, Jefe del Departamento de Servicios Generales y Líder del SGE.
Mientras que, Felipe Henríquez, asesor del Comité de Energía de la UACh, expresó, “muy interesante, porque permitió visualizar algo que no todas las personas conocen, y que es que el sector energético en Chile es el que produce la mayor cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), por lo tanto, es el que más contribuye al cambio climático”.
Medidas de mitigación del cambio climático
El subdirector del Centro de Energía de la Universidad de Chile indicó que la descarbonización es una de las acciones más necesarias para reducir las emisiones de gases efecto invernadero que se producen a nivel nacional, esperándose retirar las centrales a carbón a más tardar el 2040. Al año 2050 -incluso al 2030- quedaría como fuentes de energía termoeléctrica principalmente el gas natural. El resto deberían provenir de fuentes de energías renovables: centrales de energía termo solar de concentración (conocida como CSP por sus sigla en inglés), energía fotovoltaica, eólica e hidroeléctrica.
En el caso del transporte, el NDC (contribución determinada a nivel nacional) considera principalmente medidas de electrificación e introducción de hidrógeno en transporte de carga. “Se espera que haya una electrificación total del transporte en buses y taxis y de una parte importante del transporte privado” precisó.
Si bien el NDC aborda medidas tecnológicas, también se pueden implementar otras. Al respecto mencionó, fomento de transporte público y transporte compartido. Además de otras acciones que podrían reducir la cantidad de viajes motorizados como el teletrabajo y la forma cómo crecen las ciudades. El tamaño de los vehículos también incidiría, “no se necesitan vehículos de gran tamaño para transportar a las personas, vehículos más pequeños, vehículos autónomos serían más eficientes en términos de consumo de energía”.
Además de la introducción de hidrógeno en el transporte de carga, mencionó medios más eficientes, como el ferroviario; la eficiencia energética y la optimización de las rutas.